Me gusta garabatear porque me ayuda a pensar, a escuchar, a mantener la atención...
En este espacio iré publicando mis dibujos garabateados.
Cada uno representa distintas situaciones, algunas de ellas están reflejadas en parte de los dibujos. Son fruto de mi subconsciente. Por eso he decidido que sus títulos serán palabras abstractas que, en mayor o menor medida, definen mi estado de ánimo en ese momento o las circunstancias que motivaron su creación.
Estoy de acuerdo con Remei: es poesía visual. Me encanta, hay cantidad de significados que emergen de la imagen, y además el dibujo ya atrae por sí solo.
LA INDIFERENCIA: Una pomposa y achaparrada vasija hospedaba todo tipo de flores y hojas. Brillantes y relucientes, se erguían todas tiesas y centelleantes al igual que su recipiente... Eso era, su recipiente. Nadie se percató que con tanto estiramiento para sobresalir entre las demás, apretujándose unas con otras, cayó una hoja... Ahí hubiera quedado la cosa... pero no fue así. De la indiferencia colectiva nacieron unas lágrimas con sabor a zumo de tomate (zumo de tomate por decir algo...) Con tanta dicha las estiradas flores no se dieron cuenta de que sus días también estaban contados.
Genial, Remei !!! En cuanto me des permiso lo publicaré en "el olimpo" con tu nombre y enlace, por supuesto. No te sientas obligada, sólo si tú quieres. Gracias, amiga, por dedicarle tu tiempo a mis garabatos. Me ha hecho mucha ilusión. Besos!!!
Cariño haz lo que te plazca...yo iré inventando cuentos o escritos y los pondré aquí y si te gusta alguno lo pones, sin problema. Son tuyos! Besos mi niña!
Poesía visual...
ResponderEliminarMaravilla de blog...
Es que es la indiferencia!
Me encanta amiga!
Estoy de acuerdo con Remei: es poesía visual. Me encanta, hay cantidad de significados que emergen de la imagen, y además el dibujo ya atrae por sí solo.
ResponderEliminarUn abrazo.
LA INDIFERENCIA:
ResponderEliminarUna pomposa y achaparrada vasija hospedaba todo tipo de flores y hojas.
Brillantes y relucientes, se erguían todas tiesas y centelleantes al igual que su recipiente...
Eso era, su recipiente.
Nadie se percató que con tanto estiramiento para sobresalir entre las demás, apretujándose unas con otras, cayó una hoja...
Ahí hubiera quedado la cosa... pero no fue así.
De la indiferencia colectiva nacieron unas lágrimas con sabor a zumo de tomate (zumo de tomate por decir algo...)
Con tanta dicha las estiradas flores no se dieron cuenta de que sus días también estaban contados.
El minicuento...
Eliminar:)
Genial, Remei !!! En cuanto me des permiso lo publicaré en "el olimpo" con tu nombre y enlace, por supuesto. No te sientas obligada, sólo si tú quieres.
EliminarGracias, amiga, por dedicarle tu tiempo a mis garabatos. Me ha hecho mucha ilusión.
Besos!!!
Cariño haz lo que te plazca...yo iré inventando cuentos o escritos y los pondré aquí y si te gusta alguno lo pones, sin problema.
EliminarSon tuyos!
Besos mi niña!